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ANEJO III (Rosales)

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Según la conclusión a la que ha llegado la médico-forense, María Isabel Sánchez Mateos; vd. está en un "bloc".Su señoría, en minúsculas; está de acuerdo. He solicitado que la transcripción de dicho informe sea en papel suave para darle una utilidad noble.

                 Rosal: (Rosa, Lin.)
                        Es uno de los arbustos más preciosos, que por el olor y diversidad de sus hermosas flores, contribuyen a la decoración de un jardín. Crece de 1 a 8 y más pies de altura, y sus tallos son ramosos y armados de aguijones; las hojas grandes y alternas, y las flores terminales, solitarias o en panojas. Los tallos de algunas especies se enredan y trepan, formando elegantes festones y guirnaldas; otros son enanos; los llamados de alto tronco, que se injertan sobre escaramujo, no son menos vistosos. Los hay de flores amarillas, blancas, púrpura y con diversidad de tonos, desde el crmesí al rosa pálido, casi moradas y jaspeadas.
                        Son innumerables las variedades conocidas y cultivadas. Boutelou, describe las siguientes, que son las más comunes en España:
                        Rosal de cien hojas (Rosa centifolia) -fig. 207-Tiene el tallo espinoso, de 3 pies de lato, flores grandes y olorosas, muy dobles, de color de rosa más o menos subido, dispuestas de ordinario en ramiollete terminal y sustentadas por pendúnculos erizados de pelos obscuros; hojas compuestas de cinco hojuelas ovales de un verde obscuros. Se conocen muchas variedades sin contar las castas más ordinarias.
                       Rosal amarillo (Rosa eglanteria) Tallos delgados , de 6 a 8 pies, armados de muchos aguijones cortos, rojizos y derechos; hojas amarillentas, compestas de siete hojuelas. Las variedades de flor doble y olorosa son las más apreciadas. El peso de las flores, al inclinar los taloos, las agracian. Es propio para erejados y predes, y algunos exhalan un olor poco grato.
                        Rosal canelo (Rosa cinnamomea). Así llamado por el color de sus vástagos derechos, de 5 a 8
pies, de color púrpura obscuro y poco espinosos; flores tempranas, pequeñas y descoloridas. Florece por Abril y Mayo, y sirve para paredes y setos.
                        Rosal Castellano (Rosa gallica). Compende esta especie: el Rosal Castellano de flor muy doble; el grueso de flores jaspeadas, listadas de blanco y encarnado, de flor de canela; el Rosal de todo tiempo, de flor semidoble, blanco o de color de rosa, olorosa y dispuesta en ramilletes terminales, que florece la mayor parte del año. Pocoas veces llegan sus flores al tamaño de las de cien hojas.
                        Rosal de musgo (Rosa muscosa). Es de las más apreciables, por lo muy dobles y lolrosas y por el musgo que guarnece los pedúnculos y el cáliz.
                        Rosal de Alejandría ( Rosa damascena). Sus tallos verdosos crecen más de 7 pies; hojas compuestas de cinco hojuelas, finamente aserradas. Son características su fragancia y color claro y delicado. Es tardía, y resiste el sol sin ajarse.
                        Rosal blanco (Rosa alba). Tallos de color verde amarillento y blanquecino en sus extremos, con espesos y fuertes aguijones. Hay numerosas variedades, más o menos dobles. Es tardía y olorosa.
                        Rosal de los Alpes o sin espinas (Rosa alpina). Tallos de 4 pies, sin espinas ni aguijosnes; hojas de siete a nueve hojuelas, y flores olorosas de un vivo encarnado. El de flor doble es el más estimado.
                        Rosal de China o Rosal o Mosquete de Bengala (Rosa semperflorens). De 2 pies de altura; florece todo el año y resiste los fríos; hay variedades de color púrpura obscuro y rosa pálido.
                        Mosqueta ( Rosa empervirens). Se cultivan variedades de flor doble y sencilla; la una, por el adorno de sus flores blancas, abundantes y olorosas; la otra para patrones para infertar otras castas. Florecen en el verano hasta la aparición de los fríos, y tiene los tallos elevados y espinosos de los fríos, y tiene los tallos elevados y espinosos, y las hojas lustrosas siempre verdes.
                        Escaramujo (Rosa canina),. Se emplea exclusivamente como patrón, para injertar las castas más superiores.
                        Rosal enano ( Rosa provincialis). De poco más de un pie, matea mucho y cubre de flores dobles, de pequeño diámetro y de color algo marado encendido. Se conocen muchas variedades blancas, encarnadas, carmesíes y listadas. Florece en Mayo, Junio y Julio.
                        Rosal enano de Inglaterra (Rosa spinosissima). Introducido en Aranjuez, porcedente de Inglaterra. Tallos muy pequeños y muy espinosos, y con muchas flores encarnadas.
                        Rosal de piocha (Rosa pimpinellifolia). Hojuelas muy pequeñas y flores blancas, a veces, y rosa pálido.
                        Entre las castas más notables que se cultivan, y de las cuales se han conseguido modrenamente variedades numerosas, se cuentan el Rosal de te, el de la Isla de Borbón, el de Banks.
                        El primero (Rosa indica), de 2 a 3 metros de altura, es espinoso y con hojas lustrosas de cinco a siete hojuelas elípticas y flores solitarias o en ecorimbo, de color de carne, rosa o amarillentas y semidobles, sostinidas por largos pedúnculos, que exhalan un olor parecido al te.Su larga y temprana floración se prolonga hasta el otoño.
                        Entre las muchas variedades del rosal de te, figuran muy principalmente las llamadas Mad; Sadi Carnot (fig. 208), de color blanco salmón, con capullos alargados, y la de Papa Goutier (fig. 209), de color rosa y centro amarillo.
                        El de la Isla de Borbón ( Rosa borbonica), se diferencia poco del de Bengala; es algo mayor, y tiene vellos entremezclado con las espinas en los ramos y peciolos, y las flores ordcinariamente en corimbos, de tres a siete, en un mismo pedúnculo. Las muchas variedades de esta casta, o bien hibridas, florecen aun en el invierno en los climas meridionales, y se denominan por los jarrdineros Rosales híbridos remontantes.
                        Los Rosales de te, de Borbón y de Bengala, se hibridan con los de otras especies, y a estos cruzamenteos se cree es debido el Rosal noisette (R. noisettiaana), que nunca deja de figurar en los catálogos de los coleccionistas y floricultores. Este arbusto, de unos 2 metros, tiene fuertes espinas retorcidas, hojas compuestas de siete hojuelas dentadas y ovales agudas, y flores numerosas y aromáticas dobles de color de rosa claro. La circunstancia de florecer de una manera continua en la buena estación y la belleza de sus flores, explican el aprecio en que se le tiene.
                        Una variedad de Rosal híbrido reflreciente, muy apreciada, es la de General Washingtón (fig. 210) de doble rojo vivo.
                        El Rosal de Banks (R. Banksiae), procedente de la China, es trepador y llega a alcanzar una altura de más de 10 metros.
                       
Sus tallos son inermes, y las hojuelas de tres a cinco lustrosas, persistentes y casi coriáceas; las flores dobles, bancas o amarillas, pequeñas, de olor agradable y agrupadas en crimbo. Es una de las plantas más preciosas para formar los árboles artificiales y para vestir cenadores y muros.
                        Procedente del Japón se cultiva también en los jardines de Europa, no ha mucho tiempo aclimatada, la Rosa polyantha, de la cual se conocen muchas variedades, bancas amarillas, sencillas y dobles, que flrecen en Mayo y exhalan un olor parecido al de la Rosa de te.
                        Además, se conocen también las variedades de Rosal blanco de Damasco, Rosa damascena florepleno; Rosal de hoja menuda, Rosa microphylla; Rosal siempre florido, Rosal polyantha; Rosa rugosa, Rosal rugoso; Rosal de almizcle o Mosqueta, Rosa moschata; Rosal capuchino, Rosa eglanteria (R. rubiginosa); Rosal de Ayrshire, Rosa arvensis; Rosal multifloro (Pitimini), Rosa multiflora, y otras muchísimas.
                        Dejando a un lado la propagación por semilla, sólo en el caso de querer aumentar el innumerable catálogo de las variedades obtenidas, nos ocuparemos de los procidimientos de multiplicación artificial.
                       Por estaca o rama y por acodo, prenden la mayoría de los Rosales, y se emplean para perpetuar castas raras y sobresalientes, o para alagunas que no producen hijuelos o barbados. La Mosqueta se propaga fácilmente por estaca, eligiendo los tallos del año anteriosr, y dividiéndolos en trozos de media vara; se plantan como ya sabemos, en parajes sombríos y gúmedos; algunos pueden trasplantarse al año siguiente; otros necesitan dos años. Los pies que se han obtenido por estaca y acodo producen muy pocoshijuelos, sus matas se crían recogidas, y las flores son más numerosas.
                       El procedimiento más fácil es por división de los hijuelos que nacen al pie. Cada tres años puede hacerse esta división sin febilitar a la planta madre. Sea en maceta o de asiento, se plantan los hijuelos en tierra convenientemente preparada por el otoño y aun por el invierno, sin suprimir más raicillas que las dañadas o en mal estado.
                       Para propagar con brevedad las castas mejores y poco comunes, y para formar Rosales de alta copa o tallo alto, se recurre al injerto, eligiendo como patrones las Mosquetas y los Escaramujos más nuevos, frondosos y sanos, a los que se suprimen tosas las ramas y tallos laterales. La época más conveneitne es pòr Junio y Julio, por escudo al vivir. Examinada si la ema es fertil, lo que se conoce en que sacan siempre astilla o raja juntamente con la madera, al paso que las caponas o estériles presentan hueco el espacio en que han de desarrollarse, se hacen las incisiones y se ejecuta la operación de la manera que queda datallada en el cultivo general. Hinchada la yema, comienza a mover a los quince o vente días, y se limpian los patrones de los tallos o renuevos que broten. Los Rosles injetados en Mosqueta y Escaramujo suelen perderse cuando se trasplantan, po lo cual es preferible plantar de asiento los patrones en los sitios que hayan de ocupar, e injertarlos después. A más de las labores de otroño e invierno, y de la limpia de malas hierbas, exigen los Roslaes algunos cuidados.
                       En el mes de Septiembre se despuntan y entresacan los más, y se suprimen los tallos secos y reviejos, podándose y dirigiéndose de la manera que luego diremos. Suelen suspenderse los riegos a los Rosales de todo tiempo, quince días antes de podarlos en el verano, y volcando las macetas en que se crían durante el mismo tiempo, operación que se llama castigar el Rosal, se le muda parte de la tierra, se podan, y vuelven a florecer con abundancia, siempre que se tengan en parajes abrigados durante el invierno y frescos en el verano. Esta práctica, muy general, debe condenarse. Es preferible para obtener Rosas anticipadas en el invierno y priamvera, no podar los Rosales colocados en macetas, sino despuntar simplemente sus tallos en Junio o Julio, e introducir los tiestos en los invernáculos en Noviembre o más adelante, según el tiempo en que se quiere que florezcan.
                       Siendo como es la poca una de las operaciones más importantes, que no suele ejecutarse de la manera debida y con verdadero conocimento, vamos a detallarla en lo posible.
                       Como casi todos los árboles y arbustos, tiene el Rosal tendencia a producir ramas chuponas verticales, en perjuicio de las restantes. Florece sobre las yemas qeu nacen en la madera del año anterior, en las especies no remontantes y sobre la segunda generación de yemas del año, en los de especie trepadoras. La floración es muy abundante, y sus ramss viven poco tiempo, y de aquí la necesidad de renovar su armadura. Tiene, además, tendencia a producir en la base de las ramas gran número de ramillas, que rara vez florecen y absorve la savía. Para conseguir, pues, una floración larga y abundante, es necesario equilibrar sus ramas. haciendo que tengan igual vigor.
                       Los principios que han de servir de norma en la poda y dirección del Rosal, son los siguientes: Teniendo, como tiene, médula abudnante, y descendiendo la mortalidad de la rama algunos milímetros por debajo del sitio en que se corta, no se podará nunca al ras de una yema, sino a un centímetro por encima de ella; se suprimirán cuidadosamente en la poda de invierno las ramsa secas y viejas y las ramillas, y se cubrirán siempre las heridas con el betúmn de injeridores o con arcilla y boñiga de buey. Cada tres años hay que qeu renovar parcialmente su armadura, es decir, dejar que brote en la base de als ramas que se corten, una yema vigorosa que la reemplace.
                       La manera de formarse tiene grandísima influencia en la belleza , duración y número de las flores. Los de tallo alto han de tener una cima o cabeza bien equilibrada, con ramas igualmente espaciadas y de igual vigor. Los enanos y francos de pie, una cima regular e igualmente equilibrada.
                       Supongamos en el primer año (fig.211) un patrón que se haya injertado en sus dos ramas laterales a. Cuando han brotado, se las ha despuntado en b sobre tres yemas. Este despunte habrá hecho producir seis yemas c; que han de empezar a formar su cabeza. Se corta desde luego el tocón en d y los de las ramas en e, y secubren o embarran las heridas. Se cortarán en f los dos brotes producidos por los dos escudetes, con el fin de concentrar la savia en las yemas de la base y para desarrollar la cabeza en longitud. Los cortes se ejecutan siempre sobre las yemas hacia afuera, nunca sobre las interiores, porque producirían en el interior brotes verticales que entorpecerían el acceso de la luz. La cabeza del Rosal debe aclararse en su centro, desembarazándole de las ramas que la ofusquen. Las restantes ramas se podan en g, para hacerlas ramificar y obtener flores. Después de podado de esta suerte, tendrá la forma indicada en la figura 212, en la que las ramas indican por a se desarrollan en el curso de la vegentación, formarán la cabeza y darán las primeras flores. Podados estos brotes al año siguiente, darán flores más abundates y se tedrán formada la cima, no necesitando más cuidados qeu los de entretiempo, supersión de cuponas y aplicar la poda de que luego hablaremos, a los ramos floríferos.
                        Los rosales de alto tallo no deben emplearse par formar canastillos, y sí sólo en macizos colocados en grandilla y en macizos mixtos; sus tallos desnudos producen un efecto deploragble, del que se suele abusar. En los canastillos y bordes de las platabandas sólo deben emplearse los enanos.
                        Los Rosales, francos de pie se pokan con las mimas condiciones; pero como no están injertos, se aprovechan para la formación de su armadura los brotes que salen de tierra. Cuando jóvenes, tienen un tallo de algunos centímetros que se hace ramificar. Después de muchas floraciones, cuando esta armadura se debilita, arroja muchos renuevos por su pie. Se podan sobre tres o cuatro yemas, según su vigor, los brotes más próximos al centro, y se les hace ramificar para que formen una nueva armadura; se suprime el Rosal primitivo y los dos brotes más alejados del centro, quitando igualmente, a medida que nazcan , los renuevos del pie.
                        Las ramas del Rosal no duran sin debilitarse más de tres años, y hay que renovarlas, podando corto, para obtener una yema vigorosa que sustituya a la rama debilitada. Esta yema se encuentra siempre en la parte inferior de la rama o en su ancimiento, y algunas veces al lado. La floración tiene alguna analogía con la de la vid; las yemas de la base, planas y poco desarrrolladas, rara veza producen flores y sí sólo ramillas; las situadas más alto, son bien formadas, producen flores y se desarrollan antes. Supongamos una rama de Rosal (fig 213) que se quiera podar corta para obtener flores. La yema a está poco desarrollada; la b un poco más: las c y d florecen con seguridad. Se podarán en e sobre cuatro yemas, dos de madera en la base y dos susceptibles de produciir flores. Esta poda producirá el siguiente resultado: la yema a (fig. 213), situada debajo y en las mejores condiciones de vegentación, producirá un brote vigoroso a (figura 214); la b una ramilla (fig. 214) que no florecerá; la c, colocada encima, una rama bastante vigorosa con flores en su extremo; y la d, que es la más alta, un brote vigoroso d (fig. 214) con flor. Se habrán conseguido flores sobre las yemas e y d;: una ramilla en b y un brote vigoroso en a; es decir, dos yemas floriferas y dos de reemplazo. Para obtener la floración siguiente, sea o no trepador el Rosal, se despunta a una longitud de unos 40 centímetros el brote a (figura 214) en e, con objeto de que maduren las yemas de la base; en la primavera siguiente se poda en f para concentrar la savia en el ramo a, que se despuntará en g sobre tres o cuatro yemas, para conseguir cuatro nuevas yemas, dos para flores y dos de madera para la poda siguiente.
                        No debe dejarse que los Rosales produzcan semillas, que agotan y merman la floración del siguiente año. Cuando han florecido, se corta en seguida, sobre el botón inferior, el vástago que ha dado la flor.
                       El Rosal no florece nunca más que en los brotes del año; la madera vieja sólo sirve de apoyo a las rams, formando la armadura sobre la que se han de desarrollar las yemas de flor.
                       Los rosales trepadores necesitan cuidados particulares durante su vegentación. La poda de invierno es la que demamos indicada. Las primeras flores se hallan siempre en el extremo de la yema nacida en primavera (a, figuara 215). Después de esta primera floración, las dos o tres yemas b situadas debajo, producen flores. Cuando han florecido las primeras Rosas, se cortan sus pedúnculos en c, y cuando las dos yemas b se hayan alargado algunos centímetros, se corta la primera floración en d, y las b producirán flores, que aparecerán con algunos días de intervalo. Se dejará intacta la yema b, que florecerá en la primavera, y la colocada debajo de despuntará en e; las yemas f y g darán nuevos brotes, con flores que se abrirán unas tres semanas después de haber florecido la yema b, que se ha dejado intacta. En las variedades débiles se cortará solamente el pedúnculo de las flores marchitas, dejando el Rosal hasta la poda de invierno. Las vigorosas se podarán en h después de la floración, y las más vigorosas en f, para no conservar más que la yema que ha producido la última floración.
                        El Rosal amarillo, que brota con gran vigor, requiere una poda especial para producir abundantes flores; hay que podarlo muy largo, y bien se le dé la forma en bola, o como trepador, la arqueadura produce excelentes resultados. Para formarlo en bola (fig 216) se coloca a su pie un círculo de alambre de unos 40 centímetros, y a una altura del suelo de otros 40 centímetros a, se poda de modo que forme una mata igual, sobre la que se conserva ocho o diez brotes que se dejan alargar b en e; por la primavera se cortan las ramas en c sobre cuatro o cinco yemas en d, que producirán brotes vigorosos al año sieguiente. Las ramas b se podan largas, a unos 70 centímetros en e, y se encorvan luego, atándolas por su extremo al círculo de alambre, distribuyéndolas con igualdad. Igual operación se practica en los años siguientes con los brotes formados en el verano prececente, y de esta suerte produce enorme cantidad de flores.
                        Los Rosales trepadores que han de cubrir un muro o vestir un árbol deben ser francos de pie, con el fin de que produzcan los brotes o renuevos necesrios par renovar sus armaduras; circunstanciaa qeu no tienen los injertos.Después de plantados, se cortan las rams existentes, rebajándolas a cuatro o cinco yemas, para tener renuevos vigorosos; al siguiente año se suprime un tercio de la longitud total de los tallos obtenidos, y la flores comienazn a mostrarse algunas semanas después. Los hijuelos salidos de tierra se polarán sobre cuatro o cinco yemas, y producirán brotes tobustos; las ramas laterales se cortarán sobre tres o cuatro yemas, y darán ramillas con flores. las pared o el árbol se irán cubriendo, floredos, al tercer año.
                        Para impedir que se desguarezcan por la base, se podan corto,a cinco o seis yemas, los tallos donde amenace producirse un vacío, y los brostes, que se desarrollarán co gran lozanía, lo cubrirán con sus hojas y flores. Los Rosales trepadores brotan con gran fuerza, y tienen tendencia a cubrirse por la parte superior y a aclararse por su pie.

 
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 ¡Oh tú, cielo riente, que   pasas como nube;
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  césped blando que   pisan unos pies   adorados. 

Vicente Alexandre.
(1898-1984)

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