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Nociones básicas             Multiplicación             Plantas acuaticas             Tiestos             Castra             Plantas bulbosas

Según la conclusión a la que ha llegado la médico-forense, María Isabel Sánchez Mateos; vd. está en un "bloc"He solicitado que la transcripción de dicho informe sea en papel suave para darle una utilidad noble.

Tenga en cuenta que esta forma aquí tratada es una forma tradicional (hoy en día llamada ecológica).

Con respecto a la huerta ecológica:

Abonos Orgánicos:

                Estiércol.-Es el más antiguo e importante de todos los abonos y el más económico (aunque actualmente el más usado es el químico) Está constituido por la mezcla de los excrementos sólidos y líquidos de los animales de labor y renta, con las camas que a los mismos se preparan.
                Su composición no puede ser fija, siendo muchas las causas que alteran el valor fertilizante del mismo.La distinta proporción en que entran a formarlo los excrementos de los diversos animales, el variable régimen alimenticio a que éstos se hallan somentidos, la naturaleza de las camas, la manera cómo se ha conservado y manipulado, etc., son otras tantas causas que modifican su composición. como tipo medio de la misma. indicamosla siguiente tabla:( para, por este orden caballo, vaca, carnero y cerdo)

Orines por 1000 partes Azoe
Ac.Fosfórico Potasa
15,21
Rastros 9,24
20,50
Rastros 13,60
13
Rastros 17
2,5
Rastros 3 a 5
 
Excrementos
por 1000
partes
Azoe
Ac. Fosfórico
Potasa
5,58
3,50
1
4,35
1,20
0,42
7,2
4,5
1,8
7
8,1
0,2
(fig.1)

               Demuestra este cuadro que las deyecciones sólidos contienen la totalidad del ácido fosfórico, mientras la potasa se encutra en las líquidas. Tanto unas como otras son ricas en nitróno.
                Para conservar el estiércol, mejorarlos y manipularlo, será conveniente instalar en la huerta un pequeño estercolero (fig.2), que se reduce a una plataforma de suelo impermeable con ligera inclinación hacia el centro de la misma, en que se instala un afosa que recoge el purín; rodean la plataforma unas atrfeas que cndkucen los líquidos que escurren del centro hacia la fosa. De ésta manera se extrae el purín con una bonba, con él se riega el estiercol.
                A falta d estercolero, se destina un rincón de la huerta a depositar el estiércol. Se aprieta bien la tierra y se impermeabiliza lo posible, rodeándola también de atarjeas, que conducen los caldos a un depósito, del cual se extrae con cubos.
La remoción periódica del estiércol y el riego frecuente mantiene las fermentaciones del mismo y cambia su composición, convietiéndole de estiércol fresco en estiércol hecho a disposición de incorpolarlo a la tierra.

                Los principales estiércoles son los que siguen: Légamos de balsa.- En el fondo de las balsas se forman    (fig.2)
pequeños depósitos, en que permanece el agua estancada, etc., se depositan légamos generalmente ricos en materia orgánica.
De conposición variable, tiene aplicación muy limitada. Se utilizan después de desecados y con frecuencia se mezclan con cal para acelerar su descomposición. Guanos.-Estan constituidos por la acumulación de aves marinas. Los guanos suelen tener entre 4 a 7 por 100 de Nitrógeno y de 14 a 22 de ácido fosfórico. Palomina.- El excremento de palomas, contituye un fertilizante de gran valor, que produce efectos muy activos sobre la vegentación por la gran cntidad de materias hidrocarbonadas y amoníacales que contienen, por cuya razón no debe exagerarse su empleo en estado fresco y climas cálidos. Nitrógeno 5,2; ácido fosfórico 1,8; potasa, 1.8. Puede emplearse en estado seco o disuelta a razón de un Kilo por hectolitro. Gallinaza.-Está constituida por las deyecciones de gallinas, pavos y toda clase de aves de corral. Su composición es como sigue:

 

Humedad
Nitrógeno
Ac. Fosf.
Potasa
fresca
desecada
fresca
desecada
fresca
desecada
fresca
desecada
59,5
75
74,7
78
82,60
9,96
11,05
8
10
9,10
1,75
1,30
1
1,20
0,53
4
4,05
3,70
4,90
2,80
1
0,41
0,66
1,10
0,19
2,27
1,50
2,40
4,50
0,97
0,54
0,35
0,47
0,39
0,34
1,22
1,27
1,70
1,60
1,84
 
............gallina
.............pollos
.............pavos
..............ganso
................pato

                Los caracteres y modo de empleo son análogos a a los de la palomina. Abonos verdes.-Están constituidos por vegetales, que se entierran con el fin de fertilizarlos. Las plantas que se cultivan con este objetos pertenecen al grupo de las leguminosas. Tienen la propiedad de tomar del aire el nitrógeno que su formación ha exigido. Al enterrarlas, devolvemos al suelo los elementos que del mismo extrajo la planta.

Con respecto al Jardín:(flores y plantas ornamentales).

Nociones introductorias básicas para el cultivo de un jardín.

                Para producir las flores hay que reservar una extensión de terreno suficiente, destinado a emplazar la cocina del jardín. En este terreno, elegido en situación y exposición conveniente y en un sitio apartado, se establecen los semilleros, abrigos, camas, criaderos y demás dándole labores profundas y prodigándole los cuidados yque exige un cultivo inteligentey esmerado, de que nos ocuparemos.

                Son necesarios los abonos de fondo para que el terreno adquiera el mayor grado de fertilidad. Estos abonos están formados por substancias muy descompuestas, siendo preferidos los compuestos algo viejos que pueden reemplazarse con estiércoles consumidos con los que provienen de las camas calientes ya utilizadas.
                Los canastillos y bordes de los macizos que se destinan a flores, se recubren con una capa de 20 centímetros de esta clase de abonos, que se entierran con una labor profunda. Espárces después otra capa de 20 centímetrosde mantillo en los canastillos y de 10 ó 15 centímetros en los bordes, y se entierra superficialmente; se empaja el terreno con una capa de estiércol de cinco centímetros de espesor, y se ejecuta después la platnación. Este empajado impide que el suelo se se deseque y endurezca despúes de los riegos, los cuales, disolviendo sus partes solubles, que son arrastradas a la acción de las raíces, aumentan la fertilidad.
                El agua de lluvia es la más disolvente y la mejor de todas, y las semillas delicadas han de regarse con ellas, a ser posible. Sigue despueés la de río y luego las restantes, siendo inferior la de pozo, siempre fría, por lo cual hay que dejarla por algún tiempo a la acción del calor solar antes de emplearse.

Multiplicación artificial.

Con la multiplicación natural por semilla, se obtienen siempre induviduos más robustos y vigorosos y nuevas variedades, pero que no reproducen con exactitud el tipo de que proceden. Es muy frecuente, además, producir flores sencillas y degeneradas. Para perpetuar el tipo, hay necesidad de recurrir a la multiplicación artificial, al esqueje, al acodo y al injerto

1.- Injertos.

                Dejando a un lado todos los ingertos que existen , sólo mencionaremos los empleados comunmente en jardineria: el de escudo o yema sin leño, es el que se emplea para varios arbustos, rosales principalmente, y el de costado de muescas, para plantas más delicadas, como camelias, clemátides, rododendros, etc.
                Consiste el primero, en colocar una yema de la variedad que se quiere propagar, bajo la corteza del patrón. Se practica de ordinario por Junio y Julio al vivir, eligiendo para el injerto una yema del año, robusta y bien conformada, que se separa de la rama con la navaja de injertar (fig.1); se cortan las hojas para eitar la evaporación, dejando el pecíolo unido cerca de la yema. El patrón se prepara haciendo dos cortes en forma de "T" (fig.2); se levantan sus cortezas con la espátula de la navaja (fig.3), y se introduce el escudo que lleva la yema en esta abertura, ajustándolo perfectamente y ligándolo con un poco de estambre . Al año siguiente, y antes del movimiento de la savia, se corta el patrón a 10 centímetros por encima del injerto, y se dejan brotar algunas yemas para atraer la savia, las cuales se suprimirán cuando el inferto tenga 3 centímetros de longitud. El tallo que produce la yema injertada se sugeta con una ligadura al patrón, sobre el tocón que se dejó, el cual se suprime al año siguiente.
                Para practicar el segundo, se hace una incisión o corte horizontal "a" (fig.4), que penetre hasta el cuerpo leñoso, dándole una profundidad de 2 a 4 milímetro, según sea la fuerza del patrón. A unos 15 centímetro por encima de esta incisión, en "b", se hace una muesca qu penetre hasta la médula, y para injerto se elije una rama bien constituída, provista de muchas yemas, y si es posible, de la terminal; y a dos o tres yemas (fig.5) se la hace una muesca en "a", un poco más larga que la del patrón; se ajusta con éste por la parte superior, cortando con la navaja el extremo "b" del injerto, y hecha la ligadura, se embarra con el ungüento de ingeridores para evitar el contacto del aire. Cuando brota, se cortan la ligadura y la cabeza del patrón por encima del injerto.

2.-Estacas y Esquejes.
                Por su medio se multiplican las flores con gran facilidad y prontitud. Pueden ser leñosas o herbáceas. Las primeras se ejecutan con trozos de ramos desprovistos de hojas en las especies de hojas caducas, y con ellas para las que las tienen permenetes. Las estacas de ramos sin hojas se separan de la planta madre por Octubre, a l a caida de las hojas, para plantarlas en seguida o para conservarlas estratificadas entre arena y hacer su plantación en primavera. Las de los vegetales muy rústicos , como lilas, rosal de Bengala, taray, etc., pueden plantarse en el Otoño; las de los delicados, en Primavera.
                Preparada una faja o era de tierra, y con abonos consumidos y en terrreno suelto, se cubre, si ha de hacerse en el Otoño, con estiércol porcedente de las camas, que evite su desecación, y se cortan las estacas, eligiendo ramos bien coformados del año, de corteza lisa y yema bien visible, en trozos de 12 a 15 centímetros de longitud. Es preferible la parte media de los ramos. Se labra la estaca, cortándola por debajo en a (fig. 103), con un corte limpio para que quede sentado sobre el suelo, y el extremo en b. Se plantan en agujeros hechos con el plantador dejando dos yemas fuera de tierra, separando el empajado y volviéndolo a colocar después, y se oprime la tierra alrededor. Si el tiempo fuera seco, que no es lo común en esta estación, se riegan ligeramnte. No necesita el estaquillado más que la limpia de las malas hierbas. Brotan las yemas en la Primavera siguiente, y se tiene una planta completa con hojas y raíces. Binas, escardas y riegos durante el Verano, y cuando las hojas sombreen el suelo, se entierra la basuera con una labor, con lo cual se aumentan los elementos de nutrición. Al año siguiente pueden plantarse de asiento.
               La evaporación más rápida en los arbustos dehoja persistente, hace preciso practicar el estaquillado con más esmero, y privar a las estacas del aire, hasta la emisión de las raíces, hasta la emisión de las raíces. Las estacas se cortan desde Septimbre a Noviembre, segçun que la madera del año esté más o menos formada; se eligen ramos del año, que se preparan de la misma manera, dándoles solamente 5 a 6 centímetros de longitud. Cuado no es considerable el número de estacas que se necesitan, se adelanta mucho hacieno la operación en tiestos, siendo preferibles los más pequeños, que se llena de buena tierra cribada, mezclada con una tercera parte de mantillo y una poca de tierra de brezo, y colocando una estaca en cada cual, se ponen bajo un abrigo o campana en una plantabanda al Norte, dándolas los riegos necesarios, Los tiestos se entierran en las campanas o abrigos hasta las tres caurtas partes, y de esta manera se forman las raíces con mayor facilidad. Después se trasladan al criadero.
                Todavía se consiguen con mayor rapidez las plantas estaquillando en el agua. Preparadas como queda dicho, se colocan en una vasija con agua, de modo que queden dentro de ella 3 ó 4 centímetros de la estaca en una habitación, no necesita más cuidado que el de llenar el vaso de agua todos los días , puesto que las hojas absorben una gran cantidad. En pocos días brotan las raices y se colocan en tiestos. bajo un abrigo o campana para privarlas del aire, acostumbrándolas después y paulatinamente a su acción. Después se trasladan al criadero.
                Los esquejes o estacas herbáceas se ponen casi todos bajo abrigos en épocas diferentes. Las plantas anuales, como las lobelias, petunias y verbenas, en Agosto, cuando se desean flores muy precoces. En este caso, se las conserva en invierno bajo abrigos y se obtienen en la primavera flores adelantadas. En general, se practica el esquejado en el otoño, para las plantas herbáceas que se quiere florezcan prematuramente en primavera, haciéndolo bajo campanas, a excepción de los geranios, que pueden perfectamete al aire libre. Se ponen los esquejes en tiestos antes del invierno, para abrigarlos de los fríos, en una estufa templada o en un abrigo.
               Las plantas delicadas y las que han de florecer en el verano, se esquiejan en primavera y en tiestos. Las tierras sueltas y ligeras son las mejores para esquejar al aire libre y en macetas.
               Las figuras 104 y 105 representan una estaquilla herbácea con brote terminal y un esqueje de verbena; y las 106 y 107, una estaquilla de rosal sobre ramo largo y otra sobre ramo corto.
               Para preparar los esquejes se eligen brotes tiernos, que cuando son muy largos se dividen en dos o tres trozos; se escogen el extremo de los ramos que arraiga con más prontidud; se hacen trozos con cuatro o cinco yemas; se corta el extremo que se ha de enterrar con un instrumento bien afilado; descansando en la tierra sección horizontal a (fig. 108); se cortan las dos primeras hojas en b, en su punto de unión, cuidando de no herir los ojos o yemas colocados en su axila o sobaco; y cuando están preparados todos los esquejes, se plantan enterrándolos hasta la línea c, y se aprieta la tierra en su base para que se ahiera. No necesitan más que riegos, e irlos acostumbrado a la acción del aire.

3.-Acodos.

               Consiten simplemente en entrerrar una rma en la primavera, sin separarla de la planta madre, para que produzca raíces en el invierno. y cortarla en otoño para plantar. En los arbustos sarmentosos, se practican con gran facilidad, y se multiplican también por su medio, muchas plantas herbáceas.
               Entre los muchos acodos, sencillos o complicados, que en arboricultura se conocen, sólo mencionaremos los usados más comunmente en jardinería.
               Uno de ellos consite en cortar el arbusto en d ( figura 109 ), con el fin de que se concentre la savia en la parte que se conserva, con lo cual se producen brotes vigorosos. Al segundo año se cava el terreno en 1,50 m. alrededor del tronco, y se abren tantos surcos o zanjills como ramas hay que acodar, de 50 a 60 centímetros delargo, 25 de ancho y 30 de frofundidad, que se abonan con estiércoles consumidos, de los que se reserva una pequeña cantidad. Se van acostando las ramas en las zanjas o surcos a, sujenándoles con una estaquilla b; se cubren con 2 centímetros de tierra; se extiende el abono conservado sobre la parte enterrada, y se coloca un tutor c en cada rama; se rebajan dejando dos yemas fuera de tierra, y se termina la operación con un empajado. La parte enterada arroja raíces durante el verano, las cuales se alargan y desarrollan. Caída la hoja, se cortan por d y se arrancan con cuidado para ponerlos de asiento o en criadero.
               Cuando se quiere operar con mayor prontitud, se prepara la rama y se hace el acodo, como en el caso anterior, con la diferencia de que en vez de surcos o zanjillas, se abre un hoyo en el que se entierra un cesto de minbres lleno de tierra mezclada con mantillo. Las raíces se desarrollan en el interior, y en el otoño se corta la rama en f (Figura 110), se desentierra el cesto, y sacándolo todo entero, se coloca en el sitio que haya de ocupar. En este caso, continúa vegetando la planta en la misma tierra contenida en el cesto, el cual se pudre con el tiempo.
                La figura 111 representa el acodo más sencillo que puede aplicarse a la mayoría de las plantas herbáceas; pero hay algunas, como el clavel, que arrojan raices con dificultad, en cuyo caso hay que hacerles una incisión. Para ello se cortan las hojas (fig. 112) en su punto de inserción en toda la parte a; se hace con la navaja de injertar un cisura a lo largo en b, y se introduce un pequeño pedazo de corteza para sostenerla abierta c; se abre la zanjilla y se entierra el acodo hasta la línea e, sujetándole con una estaquilla d. La raíces no tardan en formarse.
                El acodo recto necesita más cuidados y riegos que el acostado. Se practica cuando la planta madre carece de ramificaciones en la base, o las ramas son demasiado fuertes y no pueden inclinarse para acostarlas sobre el terreno. En estos casos se emplean tiestos y embudillos especiales de hoja de lata, que tienen una abertura (figura 113) por la que se introduce el acodo. Sujeto el tiesto con un tutor o soporte (figura 114) a la altura del acodo, se introduce la rama, se fija con una estaquilla y se ata al extremo de la rama el tutor en b; se tapa la abertura del tiesto y se rodea con musgo húmedo, recubriéndolo con paja atada con un mimbre, cuya doble envoltura impide la evaporación, que es muy activa durante el verano.
               La figura 115, manifiesta al brote de las raíces de una rama acodada por este medio.

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Cultivo de las plantas acuaticas.

               Algunos autores las agrupan en cuatro secciones: 1ª. Sumergidas, que viven constantemente en el agua, como la Vallisneria, poco ornamentales y de limitado empleo; entretienen la puereza de la aguas, que favorecen la vegetación de otras y la vida de los animales.--2ª. Flotantes, como el Nenufar y la Villarsia, que atraviesan las aguas, desarrollan sus hojas y abren sus flores nadando sobre el agua.--3ª. Emergidas, con el pie en el agua y los tallos, hojas y flores al exterioer, como el Junco florido.--4ª. Anfibias, que se desarrollan indistitamente unas veces con el pie en el agua o tierra húmeda, como la Caña, Salicaria, etc, Prefieren los suelos arcillosos y légamos, mezclados con arena fina y tierra turbosa.
               Su siembra se practica en un tiesto agujereado y en tierra franca arcilloso-silícea; se distribuyen las semillas según su volumen; se las cubre con una ligera capa de arena de dos o tres milímetros y se riegan. Después se coloca el tiesto sobre otro mayor lleno de agua, dándoles los mismos cuidados que a a las restantes plantas.
               La plantación no ofrece dificultad. Si es grande la profundidad del agua, se colocan tiestos más grandes, toneles, etc., sostenidos por pies derechos, y, llenos de tierra, se ponen en ellos las plantas.
               En los pequenos acuarios de las habitaciones se cultivan plantas de reducidas dimensiones. Una capa de algunos centímetros de tierra franca, a la que se adiciona un poco de polvo de carbón, recubriéndolo de arena o de grava, basta para este fin. Y cuando se construyen pequeñas rocas, se llenan sus oquedades con la misma tierra y en ellas se colocan las plantas. En estos acuarios debe emplearse con preferiencia el agua de lluvia o la ordinaria filtada, teniendo la precaución de cubrirla en los puntos más aclarados, puesto que la oscuridad no favorece el desarrrollo de las confervas. Conchas (con perdón a los hispanos-americanos) y moluscos de agua dulce y algunos peces que vivan en el acuario, contribuirán a que el agua se conserve en buen estado.
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Cultivo en tiestos o macetas.

               Es en extremo conveniente y ventajoso, porque sin necesidad de estufas, costosas siempre, y con sólo abrigos y cajoneras, se pueden obtener plantas de floración prematura, para colocarlas al aire libre con mucha anticipación. Hechas las siembras, acodos, esquejes, etc., en tiestos, se introducen en las cajoneras durante el invierno, se cubren con abrigos, abriéndolas en las horas del centro del día, resguardándolas por las noches y haciendo uso de los recalentamientos cuando fuere necesario. Hay que cuidar de suministrarlas la luz cuando no hiele, y airearlas siempre que la temperatura lo permita, mantiniendo a las plantas en el estado conducente de humedad, nunca excesiva.
               A medida que mejore la temperatura se van quitando paulatinamente los abrigos y abriendo las cajoneras, para que las plantas se acostumbren al aire libre de dia y de noche, y sacándolas de los tiestos se ponen en los sitios que hayan de adornar.
               La putrefacción es el accidente que más hay que temer en las cajoneras, y para evitarlo se preparan los tiestos de la manera debida, huyendo de la práctica frecuente de tapar el agujero de su fondo con un pedazo de cascote o con una piedra; el agua no tiene salida, y se produce la putrefacción. El fondo de las tiestos debe guarnecerse con un lecho de guijo o cascote de un cenímetro por lo menos de espesor, con lo cual el agua no permanece estacionada. Una tierra rica en humus, procedente de la demolición de las camas, es la mejor para llenar los tiestos, substancial y permeable a la par, limpia de piedras y acribada.
               Extraídas con el plantador las plantas que provienen de semilla, acodo o esqueje, con cepellón, se echa una poca de tierra ya preparada en el fondo del tiesto, apreándola lígeramente con la mano, e introducido el cepellón y bien asentado en el fondo de la tierra, se echa más y bien asentado en el fondo de la tierra, se echa más tierra alrededor y se distribuye con los dedeos para que no quede ningún vacío. Se riega con mucho cuidado con regadrea de lluvia fina, y no a chorro fuerte, que produce agujeros y descubre las raíces. Dos riegos , que se repiten al cabo de unos días, con un intervalo de un cuarto de hora, bastan para mojar el cepellón trasplantado. Cuando se riega un poco todos los días, el cepellón no se moja como debe y la vejetación languidece. Deben también regarse las hojas, sobre todo cuando están bajo abrigos y no aprovechan los rocíos, con las bombas de mano y jeringas, tan útiles para esta operación.

Castra o despunte.

               Práctica muy importante y muy descuidada, en general, es la castra o despunte de vástagos, necesaria para obtener pies ramificados que produzcan mayor número de flores.

               Muchas plantas desarrollan un tallo único, que tiene tendencia a alargarse, en perjuicio de las ramificaciones laterales. Supongamos (figura 132) una planta, procedente de semilla, que se deja crecer en su estado natural; florecerá tardíamente en a; pero si se despunta por b a cinco hojas o yemas, la acción de la savia se concentrará en ellos y se procucirán cinco ramificaciones, que se cubrirán de abundantes flores (figura 133).

Cultivo las plantas bulbosas o cebollas de flor.

               Su propagación se consigue principalmente por la división de los bulbos o cebollas de las plantas madres, que da mejores y más pronto resultados, y se recurre a veces al esquejado para perpetuar variedades sobresaleientes obtenidas por semilla. Usase poco la siembra, porque las plantas tardan en florecer muchos años, y sólo para algunas especies que únicamente pueden multiplicarse de este modo.
               Cuando se utilice la siembra, y elegidas las semillas tan pronto como se recolectan, se depositan en tiestos o semilleros, en tierras ligeras arenosas, tierra de brezo; se hace el repicado cuando se han secado las hojas, en tiestos o criaderos, y en ellos permanecen hasta que su desarrollo haga presumir su próxima floración, colocando bajo abrigos las que no resisten los fríos del invierno.
                Prefieren, en general, una tierra arcilloso-silícea; algunas , como la amarilis, tierra de brezo y arenosa; otras, como la fritilaria, un suelo turboso y húmedo o una tierra de jardín.
               Aunque no puede fijarse la época de la plantación, se practica de Agosto a Noviembre para las que resisten el invierno en nuestro clima. El azafrán, narciso, junquillo, fritilaria, cólchicos, jacintos y tulipanes, cuya floración es en otoño, deben plantarse antes, cuando sus hojas se hayan desecado. Los ranúnculos y anémones, que se acomodan a los climas templados, en terrenos sanos y con buena exposición, plantados en otoño, deben serlo en primavera en los del Norte. Los que como los gladiolos, temen los fríos, en primavera.
               Deben separarse todos los años los bulbillos que se desarrollan alrededor de la cebolla madre, con lo cual ésta se robustece y produce mejores flores. Muchas de ellas pueden permanecer de asiento en el mismo sitio. como la corona imperial; otras, sobre todo las que sufren con el frío del invierno, han de sacarse todos los años.
               El volumen de los bulbos y la clase de terreno imfluyen en la profundidad a que han de plantarse; en una tierra ligera y arenosa, más hondas que en las fuertes y compactas.
               Extraídos los bulbos, y limpios cuidadosamente, después de exponerlos por algún tiempo a la acción del aire, se guardan en un sitio sano al abrigo del aire, luz y calor, hasta el monmento de su plantación. De este modo se conservan los bulbos, tubérculos y rizomas de cinco a seis meses, habiendo algunos, como los ranúnculos y anémones, que aguantan uno o dos años.
               El cultivo de las plantas bulbosas se practica también en vasos y botellas con agua, que constituyen un hermoso adorno en las habitaciones, de diferentes formas y materiales, y que se prestan a multitud de combinaciones a cual más caprichosas. Hay, en efecto, vasijas para una sola cebolla; otras para colocar dos, plantándolas en sentido inverso, de manera que una eche sus flores y hojas hacia abajo y en el agua, y otra en el aire.
               El cultivo sobre musgo se reduce a colocar el musgo fresco o seco en un vaso, tiesto o plato, sin apretarlo demasiado; se ponen las cebollas y se deja el vaso en la oscuridad durante seis semanas, entreteniendo el musgo húmedo, y cuando la vegentación se manifiesta se le da aire y luz.
               Otra manera de cultivar cebollas, y que produce un efecto singular, es la siguiente: Se forma con el musgo una especie de paquete, de forma redondeada, y en su parte superior se pone una cebolla de jacinto;. en la parte inferior se dispone una raíz de remolacha amarilla o encarnada, que se ahueca por la base en forma de cono; se suspende el todo por medio de hilos, y se riega de vez en cuando. El jacinto se desarrolla en el vértice, y la remolacha, cuyo cuello se ha conservado y se encuentra invertido, produce sus hojas purpurinas, que crecen alrededor del musgo y hacen un efecto extraño. El mismo resultado se consigue ahuecando por su base la raíz de un nabo, que se suspende con la cabeza invertida y que se llena de agua o de musgo húmedo; el bulbo se desarrolla, y las hojas no tardan en brotar excitadas por la humedaed que contiene la raíz, a la cual rodean.
               Al ocuparnos del cultivo especial del jacinto (Ver Anejo, llegada su época), damos algunos más detalles, dejando ya consignado el partido que se puede sacar de los bulbos para suspensiones caprichosas y de grande efecto, con el empleo de los tiestos esféricos.

Producción, preparación y conservación de la semilla.

I. Producción de la semilla: Ventajas de la producción de la semilla. Plantas madres: sus condiciones. Cultivo de plantas madres. Obtención de variedades. Selección de semillas.- II. Preparación y conservación de la semilla: Reblandecimiento de las semillas. Embadurnado de la semilla, Desinfección de las semillas. Conservación de la semillas.
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Espárragos. (Cultivos de espárrgos>>>)

 
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 ¡Oh tú, cielo riente, que   pasas como nube;
  oh pájaro feliz, que   sobre un hombro ríes;
  fuente que, chorro   fresco, te enredas con la   luna;
  césped blando que   pisan unos pies   adorados. 

Vicente Alexandre.
(1898-1984)

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