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Enfermedades y animales nocivos de las plantas.

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Según la conclusión a la que ha llegado la médico-forense, María Isabel Sánchez Mateos; vd. está en un "bloc".Su señoría, en minúsculas; está de acuerdo. He solicitado que la transcripción de dicho informe sea en papel suave para darle una utilidad noble.

                      En las plantas cultivadas en macetas, las causas frecuentes de enfermedad son: mala disposición del desagüe de la maceta, sobra o falta de humedad, mala calidad del mantillo, insuficiencia de luz o de ventilación y, frecuentemente, abonados inacecuados o no bien descuompuestos.
                       En la mayor parte de los casos, cuando no se manifiesta una enfermedad especial, las condiciones referidas producen en las plantas una lateración que comunmente se muestra por una decoloración de las partes verdes, gradualmente manchadas de amarillo más o menos pronunciado; esta enfemedad se llama clorosis o anemia vegetal.
                       Cuando esto ocurre, se debe buscar atentamente causa del mal y procurar su remedio. Si la enfermedad procede de falta de salida al agua sobrante de los riegos, se deberán sacar las plantas de las macetas y renovar el cascajo de su fondo. Si es debida a una humedad excesiva, el remedio consistirá en susperncer los riegos, poniendo las macetas al amparo de las lluvias. La sequía muy prolongada produce casi los mismos efectos, y en este caso no se debe recurrir a un anegameinto total y repentino; el agua se dará en pequeña cantidad cada vez, y si pasadas veinticuatro horas la planta no ha revivido, se deberá trasladarla de maceta con mantillo un poco húmedo, suprimendo algunas raíces, y ponela a la sombra. Si el mal se ha producido por ser el mantillo demasiado fuerte o ligero, el remedio está indicado con sustituirlo por otro de calidad contraria. Si las plantas padecen clorosis por falta de luz y de aire, lo que generalmente sucede a las criadas en habitaciones, se podrá curar la enfermedad cambiándoles las condiciones de lugar y de exposición. Finalmente, si los abonos animales, por ser demasiado frescos, han atacado las raíces, se podrá poner remedio con un cambio de maceta que contenga tiera algo menos abonada.


                       Las enfermedades particulares y más comunes en las plantas de adorno, son las siguientes:
                  Blanco: Con este nombre se comprenden algunos hongos microscópicos que viven como parásitos en las hojas y en las tiernas yemas de las plants, y que ponen a unas y a otras como cubiertas de un polvo blanco. Se propagan con gran rapidez y ocasionan a menudo daños muy graves. El rosal se ve frecuentemente atacado por una especie de estos hongos.
                       Solución:Remédiese este mal cortando, cuando es posible las partes enfermas, y quemándolas, o espolvoreando con flor de azufre de plata. También se recomienda rociar los rosales invadidos con una disolución de sulfato de cobre, a razón de 1,5 gr a 2 por litros de agua.
                       En las platas que son atacadas con facilidad todos los años por estas criptógams, el mejor remedio es un azufrado preventivo.
                  Blanco de las raices: Es producido por las raíces viejas o por los trozos de tallos dejadlos en el suelo, donde se pudren sirven de alimento a vegetaciones criptogámicas, que después se extienden a las plantas circundantes, cuya muerte determinan.
                       Solución: Se evita esta enfermedad arrancando con cuidado, al enmacetar, de no enterrar ninguna plantleñosa.                     
                   Herrunbre: Lo mismo que el Blanco, débese esta enfermedad a algunos hongos que atacan las hojas, produciendo manchas de color semejantes al orín del hierro.
                       Solución: El mejor tratamiento consiste en cortar lo más pronto posible las partes enfermas y en azufrar la planta.
                   Peronospóreas: Algunas plantas de jardín se presentan atacadas por otras criptógamas, pertenecientes al género Peronospora, que se producen en las hojas manchas que se agrandan más o menos y que acaban por incadir toda la planta.
                       Solución: El sulfato de cobre, dado preventivamente en una disolución de uno a dos gramos por litro de agua, es su único remedio.
                   Moho: Más que a las demás plantas, ataca a los bulbos y tubérculos; es debido a la humedad del terreno.
                       Solución: Su remedio consiste en cubrir las partes enfermas con polvo de carbón vegental.
                    Musgos y Líquenes: Se debe a vejez o debilidad general de la plata, y se manifiestan sobre el tronco y las ramas.
                       Solución:Los cuidados que se han de tener con la platna enferma se reducen, además de un tratamiento reconstituyente, a la limpieza y encalado de los troncos. El musgo, que se cría entre el césped, se destruye por medio de riegos durante el invierno con una disolución de sulfato de hierro, en dosis de 5 por 100.
                    Hollín: Es un hongo pequeño, perteneciente al género Fumago, que se desarrolla en las hojas barnizadas con un líquido viscoso y azucarado por los pulgones. La planta atacada de esta enfermedad parece espolvoreada con carbón.
                       Solución: Su remedio consiste en suprimir ante todo la causa ocasional, que es la presencia de los insectos, y después en lavar las hojas con una ligera disolución de jabón.
                    Ahilamiento: Este padecimento procede de insuficiencia de luz, sin la que no puede formarse la materia verde de las plantas. Las plantas ahiladas se muestran amarillas, delgadas y se pudren con la mayor facilidad.
                       Solución: Remédiese esta enfermedad colocando las plantas de modo que el aire la luz circulen fácilmente. A este fin se aclararán con cuidado las plantitas demasiado apretadas, se suprimerá una parte de los tallos de las cultivadas con copa o en forma de matorral.
                    Pulga de tierra: Este insecto ataca ciertas platnas ornamentales, como Mysotis, Reseda, Claveles, etc.
                       Solución: Difícil es librar las plantas de esta plaga. Uno de los mejores medios para tal fin consiste e extender una pequeña cantidad de aserrín, impregnado, en pequeñas dosis, de naftalina.
                    Pulgones: Los hay verdes y negros, y se presentan algunas veces en gran número en los tallos tiernos de los rosales, de las habas y en otras plantas. .
                       Solución: Se destruyen lavando éstas con una infusión de tabaco o simplemente con su humo.
                    Piojos: Compréndese bajo este nombre una gran cantidad de género y especies de insectos, que atacan a casi todas las plantas. Estos insectos se reproducen con extraordianria fecundidad, e invaden rápidamente los nuevos tallos, no perdonando ni aun las flores. Los daños que originan son de muy diversa naturaleza: los ramos se retuercen y forman nudosidades. impidiendo la circulación de los jugos; las flores abortan. Además, estos insectos segregan un liquidio dulce que atraen las hormiga; también, con el polvo que encima se deposita, entra en fermentación, y da origien al moho negruzco llamado hollín.
                       Solución: Para exterminarlos se pueden emplear, cuando no son muchos, los dedos o un pincel suave. Fuera de estos medios no hay otro mejor que la infucsión de tabaco, debiendo hacerse las aspersiones de la planta invadida por la noche y lavarlas a la mañana siguiente.
                    Oruga: Son las larvas de las mariposas y de algunas especies de moscas. Las larvas de las mariposas se presentan en mayor número y son más voraces. Algunas son propias de uan especie de plantas, otras se alimentan de muchas, pasando de una a otra, hasta de género diferente, y devorando todas sus partes herbáceas, hojas, flores y frutos tiernos
                       Solución:. No hay para estos insectos un insecticida especial, y no es posible librarse de ellos a no ser por una caza incesante.
                    Hormigas: Generalmente se encuentran en todas las plantas e invaden con frecuencia la pella de tierra; Acuden a las plantas atacadas por los piojos, de los que chupan su liquido azucarado.
                       Solución: Uno de los medios más sencillos para suprimirlas es la inmersion de las macestas donde se encuentran, en agua durante alguans horas. El agua y el polvo del tabaco ahuyenta estos insectos. Sin embargo, el mejor sistema consiste en buscar sus nidos y en ecarles agua hirviendo o petróleo.
                    Gusano blanco: Es la larva del saltón, cuya destrucción no se encarecerá nunca demasiado, porque es uno de los mayores enemigos de los jardines. Vive tres años en la tierra antes de experimentar la transformación, por la que se hace insecto, devorando las raíces delas plantas, que mueren sin causa aparente.
                       Solución: Las que se encuentren en estas condiciones, se deberán arrancar con cuidado, registrar las raíces y matar los gusanos que se encuentren. Estos prefieren muy particularmente las fresas y las lechugas, lo que se utiliza para su extinción, puesto que les sirven de cebo, poniéndolas en algunos sitios del jardín y arrancándolas cuando selas ve palidecer.
                    Cochinillas: Son animales muy nocivos, revestidos de pelos o de una piel escamosa en forma de cáscara o estuche, que a menudo los defiende de la acción de los insecticidas.
                       Solución:Necesario es, pues, impedir su multiplicación, desprendiéndolos con un pincel o estaquilla, o recurriendo a varios insecticidas, como la infusión de tabaco, las emulsiones de aceite y jabón, o las de petróleo y sulfuro de carbón. Estos insecticidas han de usarse con prudencia, debiéndose conocer las dosis para las diversas plantas.
                    Lombrices: Producen solamente daños mecánicos, removiendo el terreno y determinando su descomposición. .
                       Solución: Para hacerlas salir de una maceta, se deja secar la tierra, pues quieren mucho la humedad, y se pone debajo de dicho recipiente una capa de tierra húmeda. Muy pronto se trasladan las lobrices de una parte a la otra, donde es fácil matarlas. También se aconseja regar las macetas con infusiones poco cargadas de tabaco.

                          Para terminar, advertiremos que lo mejor es estar siempre alerta, pudiendo así notar los primeros momentos de la invasión de animales nocivos, y lograr con mayores probabilidades de éxitos su destrucción o alejamento. Se debe recurrir a los insecticidas sólo cuando el mal haya tomado grandes proporciones. También se debe procurar estar bien informados sobre su calidad y modo de usrlos, orque las más de las veces no está exento de peligros su empleo.

 
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Vicente Alexandre.
(1898-1984)

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